2018
Referentes de la cultura popular contemporánea, propios del consumo de masas, se fusionan con las formas votivas de las primeras manifestaciones de las culturas religiosas.
“Paleolítico Pop Superior” es el título de una serie de esculturas votivas en arcilla refractaria que Alejandro Lucadamo construye fusionando referentes de las primeras manifestaciones del imaginario religioso con otros de la cultura de masas contemporánea.
Esta mezcla de formas y significantes pone sobre la mesa el crítico encuentro entre dos tiempos nacidos opuestos que su obra obliga a convivir en el presente, intuyendo el camino de la caverna a la realidad virtual y viceversa. Medio y mensaje se dan la mano para presentar este viaje interminable que el ser humano emprende necesitado de hallar un sentido y la conexión con su dimensión espiritual e infinita, en contraste con su existencia mediatizada, material, y finita.
Lucadamo se vale de dos armas clave en el conjunto de su creación: la sexualización de la imagen y el humor. Usa el erotismo, en la línea de una tradición que arranca desde las venus de la fertilidad pasando por el encuentro con otras civilizaciones, como vía de unión con el universo, y lo que es más evidente en sus figuras: con “la divinidad”.
La risa se convierte en el privado regocijo de quien descubre que ésta es lo único que desmonta todos los sistemas, diluye, destruye, pero también crea, critica, ironiza, humaniza. Por eso el artista nos sitúa entre lo absoluto y lo relativo, la libertad y el tiempo; siendo consciente de que el hombre solamente es hombre en su sentido completo cuando juega.
Esther Aldaz
"Antropología es aquella interpretación del hombre que, en principio, ya sabe qué es el hombre y, en consecuencia, jamás se puede preguntar quién es. Porque, con esa pregunta, debería reconocerse a si misma como quebrantada y vencida. ¿Cómo hacer tal exigencia a la antropología cuando sola y exclusivamente tiene que avalar la garantía adicional de la seguridad en sí mismo del sujeto?"
Martin Heidegger, Die Zeit des Weltbilds
Desde sus inicios la Antropología ha vivido, prosperado y decaído bajo el ritmo de su objeto de estudio: el ser humano. Desde sus inicios, como amparo conceptual de los gabinetes de curiosidades y sus consiguientes choques culturales propios de las nociones de centro y periferia, hasta el intentar desdibujar las líneas arbitrarias entre civilización y barbarie.
La Antropología ha sido la casa que ha acogido al hombre en todas sus dimensiones y facetas. Y así para cada grupo y en cada rincón del globo. A la pregunta cultural "¿quiénes son el hombre y la mujer?", la Antropología sólo puede responder "depende de cuándo lo preguntes". Esquiva así la maldición de perder su utilidad, porque el ser humano necesita permanentemente ese reaseguro a cada umbral que cruza en el tiempo cultural.
En el trabajo de la antropología existe un discurso acerca de la relación de la cultura humana en sus dos dimensiones: la utilitaria y la trascendental.
La cultura trascendental desde el inicio de los tiempos ha sido la depositaria de una serie de inquietudes y misterios que han mediado entre el hombre y su entorno, y que han servido como marco explicativo a sus temores y proyecciones en los campos de la vida, la muer
te y la mera existencia.
Lo utilitario de la cultura se entronca directamente con lo trascendental: las producciones materiales han perseguido no sólo explicar sino domeñar· lo numinoso y lo sobrenatural.
Esta carrera material mediada y acelerada por el ritmo de la civilización ha conducido a un espacio donde las fronteras entre la creencia y la tenencia han terminado por fundirse. La mitología se ha inc1ustado en el acto del consumo y viceversa.
La máxima de Marshall Me Luhan, "el medio es el mensaje", aparece aquí como explicación última de los procesos de ruptura y recuperación dentro de la cultura contemporánea.
Los puntos de fuga de la condición humana, inspiradores de innumerables prácticas religiosas y cosmovisiones en conflicto, convergen dentro de la sociedad actual en los discursos mundanos del consumo. Recuperados para el sistema a través de la publicidad del mainstream de la cultura popular. La cultura se vuelca hacia fuera persiguiendo un beneficio y en su hipérbole resignifica todos y cada uno de los aspectos de la cultura humana.
En la exposición "Paleolítico Pop", Alejandro Lucadamo presenta una colección de esculturas que intuyen este camino de ida de la caverna al tubo catódico y vuelta. En la mezcolanza entire formas y significantes, el artista pone blanco sobre negro el crítico encuentro entre dos tiempos nacidos opuestos y obligados a convivir en el momento presente.
Una suma de piezas y atributos que indagan sobre la noción de lo sagrado. Y de la relación actual de lo querido y lo reverenciado bajo el riesgo de la imposición de lo primero sobre lo segundo.
Referentes de la cultura popular contemporánea, propios del consumo de masas, se fusionan con las formas votivas de las primeras manifestaciones de la cultura religiosa.
La psicología popular recoge así el testigo del misterio, y tendencias y modas imponen un escenario cambiante donde el significado radica exclusivamente en el medio, la forma novedosa es el mensaje. Y la respuesta siempre es provisional.
En medio del marasmo una serie de preguntas brillan con luz propia: ¿qué significa sagrado?, ¿qué lugar ocupa lo divino en la cultura actual?
Medio y mensaje se dan la mano para presentar este viaje interminable de la búsqueda de sentido, de necesidad de acogida por parte del ser humano de su dimensión espiritual e infinita dentro de una existencia matetial, concreta, mediatizada y, por supuesto, finita.
José Antonio de Pascual Luca de Tena, historiador.
Madrid, Mayo de 2018.